También conocido como: hormona estimulante del tiroides, hormona tiroestimulante, TSH
Nombre sistemático: tirotropina
Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para detectar y diagnosticar las enfermedades tiroideas, durante el seguimiento de los pacientes en tratamiento para el hipotiroidismo o hipertiroidismo. En ocasiones se utiliza como cribado de los recién nacidos para detectar casos de hipotiroidismo congénito.
¿Cuándo hacer el análisis?
Cuando una persona presenta signos o síntomas de hipertiroidismo o de hipotiroidismo o bien se observa una glándula tiroides aumentada de tamaño (bocio), cuando aparece un nódulo tiroideo, cuando se está en tratamiento por una enfermedad tiroidea.
¿Qué muestra se requiere?
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa del brazo. En los recién nacidos se puede obtener una muestra de sangre por punción en el talón.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial. Sin embargo, ciertos medicamentos y suplementos con o sin receta pueden interferir en la determinación de la tirotropina (TSH), por ello es importante informar al médico acerca de cualquier medicación que se esté tomando. En el caso de tomar un tratamiento sustitutivo con hormonas tiroideas, se recomienda extraer la muestra antes de tomar la dosis diaria. Las enfermedades agudas pueden alterar el resultado de la TSH, por lo que se recomienda no realizar esta determinación en personas hospitalizadas y esperar a que se recuperen de su enfermedad aguda.
¿Qué es lo que se analiza?
La tirotropina (TSH) se produce en la parte anterior de la hipófisis, un órgano diminuto situado en la parte inferior del cerebro y por detrás de la cavidad nasal. La TSH estimula el tiroides, una glándula pequeña con forma de mariposa que se sitúa sobre la tráquea, uniéndose a los receptores de TSH y favoreciendo la liberación de las hormonas tiroideas, denominadas tiroxina libre (T4 libre) y triyodotrionina o T3 (total y libre) hacia la sangre. Esta prueba mide la cantidad de TSH en sangre.
La T3 y T4 controlan la velocidad a la que el organismo consume energía. La mayor parte de la producción del tiroides consiste en T4 que aunque no es muy activa, al llegar al hígado y otros tejidos se transforma en T3, mucho más activa.
La TSH, junto con el factor regulador de la liberación de TSH (TRH) producido en el hipotálamo, forma parte del sistema de retroalimentación del organismo para conseguir mantener unas cantidades estables de hormonas tiroideas en la sangre.
- Cuando las concentraciones de hormonas tiroideas en sangre disminuyen, se produce un aumento de la liberación de TSH por parte de la hipófisis, que a su vez estimula la liberación de hormonas tiroideas por parte del tiroides
- Cuando las concentraciones de hormonas tiroideas en sangre aumentan, se produce menos cantidad de TSH, reduciendo la liberación de hormonas tiroideas
Cuando hipotálamo, hipófisis y tiroides funcionan correctamente, la producción de la hormonas tiroideas se regula de forma que sus concentraciones en la sangre se mantienen estables.
Cuando existe una enfermedad tiroidea y la glándula produce un exceso de hormonas tiroideas, la persona afectada podrá presentar signos o síntomas asociados a hipertiroidismo, como aumento de la frecuencia cardiaca, pérdida de peso, nerviosismo, temblor de manos, irritación ocular y dificultad para conciliar el sueño. La enfermedad de Graves es la forma más frecuente de hipertiroidismo. Consiste en una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunitario produce autoanticuerpos que actúan sobre el tiroides como si fueran TSH, es decir, estimulando la producción de hormonas tiroideas. Como respuesta, la hipófisis produce menos TSH y por lo tanto su concentración en sangre disminuye.
Otras enfermedades tiroideas pueden causar una disminución de la producción de hormonas (hipotiroidismo), en cuyo caso el individuo podría presentar signos o síntomas como aumento de peso, sequedad de piel, estreñimiento, intolerancia al frío y cansancio. La tiroiditis de Hashimoto constituye la causa más común de hipotiroidismo. Consiste en una enfermedad autoinmune crónica, existe inflamación y lesión de la glándula tiroidea además de producirse autoanticuerpos. Sin embargo, los autoanticuerpos no son los responsables de la destrucción de la glándula. La detección de los anticuerpos antitiroideos solamente es indicativa de la presencia de actividad autoinmune frente a la glándula, pero pueden estar presentes tanto en la enfermedad de Graves como en la tiroiditis de Hashimoto. En el caso de la tiroiditis de Hashimoto, la hipófisis responderá a la escasez de hormonas tiroideas produciendo mayor cantidad de TSH y aumentando su concentración en sangre.
No obstante, la TSH no siempre predice la situación de las hormonas tiroideas. En ciertos trastornos hipofisarios se produce una forma anómala de TSH que no funciona adecuadamente. A menudo presentan hipotiroidismo, a pesar de tener una TSH normal o incluso ligeramente elevada.
Con menos frecuencia, otros trastornos hipofisarios pueden ocasionar aumento o disminución de la concentración de TSH. El hipertiroidismo o el hipotiroidismo también pueden aparecer si existe un trastorno hipotalámico.
Preguntas comunes
¿Cómo se utiliza?
La tirotropina (TSH) constituye la prueba de elección para evaluar la función tiroidea en las personas con signos o síntomas compatibles con enfermedades tiroideas como hipertiroidismo o hipotiroidismo.
La determinación de TSH suele solicitarse previamente a la tiroxina libre (T4 libre). Otras pruebas de función tiroidea que pueden solicitarse conjuntamente o después de hallar una TSH anómala incluyen la determinación de triyodotironina o T3 (total y libre) y los anticuerpos antitiroideos (si se sospecha una enfermedad autoinmune). A veces se solicitan las tres hormonas (TSH, T4 y T3) en forma de perfil tiroideo. No se recomienda solicitar de forma simultánea la T3 total y la T3 libre.
La determinación de TSH, junto con T4 libre o T3 libre, permite:
- Diagnosticar una enfermedad tiroidea en una persona con signos o síntomas compatibles.
- Evaluar la eficacia del tratamiento hormonal sustitutivo en las personas con hipotirioidismo.
- Evaluar la eficacia del tratamiento antitiroideo en las personas con hipertiroidismo.
- Evaluar la función de la hipófisis.
El grupo de trabajo de cribado neonatal del Ministerio de Sanidad considera que es imprescindible la determinación de TSH en el cribado de los recién nacidos con el objetivo de realizar la detección precoz del hipotiroidismo congénito y establecer su diagnóstico, iniciar el tratamiento y hacer el seguimiento de todos los recién nacidos con esta patología, evitando el posible daño cerebral y las discapacidades asociadas a la enfermedad.
En cuanto al cribado de patología tiroidea en los pacientes adultos asintomáticos, no existe consenso en la actualidad. La American Thyroid Association (ATA) recomienda realizar un cribado general en mayores de 35 años cada 5 años, si existen factores de riesgo personales o familiares, y/o alteraciones analíticas sugestivas. El Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) recomienda la determinación de hormonas tiroideas en mayores de 50 años si tienen algún síntoma atribuible a enfermedad tiroidea. La United States Preventive Services Task Force (USPSTF) aconseja solicitar un cribado si el paciente refiere síntomas inespecíficos y en la población de riesgo: ancianos, postparto y síndrome de Down.
¿Cuándo se solicita?
El médico puede solicitar una tirotropina (TSH) cuando un individuo presenta signos o síntomas de hipertiroidismo o hipotiroidismo, o bien cuando existe un bocio o un nódulo tiroideo.
Entre los signos o síntomas de hipertiroidismo se incluyen:
- Aumento de la frecuencia cardiaca.
- Ansiedad.
- Pérdida de peso.
- Dificultad para dormir.
- Temblores en las manos.
- Debilidad.
- Diarrea.
- Hipersensibilidad a la luz, trastornos de la visión.
- Afectación ocular: hinchazón alrededor de los ojos, sequedad, irritación, y en algunos casos, ojos saltones (exoftalmos).
- Irregularidades menstruales.
Entre los signos o síntomas de hipotiroidismo se incluyen:
- Aumento de peso.
- Sequedad de la piel.
- Estreñimiento.
- Intolerancia al frío.
- Engrosamiento o hinchazón de la piel.
- Caída del cabello.
- Fatiga.
- Irregularidades menstruales.
La TSH puede solicitarse a intervalos regulares para controlar la eficacia del tratamiento de un trastorno tiroideo. Se recomienda esperar entre 6 y 8 semanas antes de medir la TSH una vez que se ha ajustado la dosis del fármaco.
¿Qué significa el resultado?
Se observan elevaciones de la concentración de tirotropina (TSH) en:
- Una glándula tiroides hipoactiva que no está respondiendo adecuadamente al estímulo de la TSH, debido a alguna enfermedad tiroidea aguda o crónica. La causa más frecuente es la tiroiditis de Hashimoto.
- Personas con hipotiroidismo o a las que se les ha extirpado el tiroides, cuyo tratamiento sustitutivo con hormonas tiroideas es insuficiente.
- Personas con hipertiroidismo que están siendo tratadas con dosis excesivas de medicamentos antitiroideos.
- Trastornos hipofisarios, como un tumor productor de TSH.
- Una enfermedad rara hereditaria en la cual la hipófisis no responde a las hormonas tiroideas, por lo que la TSH se eleva, pero la función tiroidea es normal.
Se observan disminuciones de la concentración de TSH en:
- Una glándula tiroides hiperactiva que no está respondiendo adecuadamente al estímulo de la TSH, debido a alguna enfermedad tiroidea aguda o crónica. La causa más frecuente es la enfermedad de Graves.
- Personas con hipotiroidismo o a las que se les ha extirpado el tiroides, cuyo tratamiento sustitutivo de hormonas tiroideas es excesivo.
- Personas con hipertiroidismo que están siendo tratadas con dosis insuficientes de hormonas antitiroideas. Puede llevar algún tiempo conseguir que la concentración de TSH disminuya, por lo que se recomienda la monitorización de este tratamiento con tiroxina libre (T4 libre) y triyodotironina o T3 (total y libre) además de la TSH.
- Trastornos hipofisarios que le impiden producir TSH en cantidades adecuadas.
- Algunas personas en tratamiento para el cáncer de tiroides pueden utilizar fármacos antitiroideos que disminuyan la concentración de TSH.
- Una TSH anormal indica un exceso o una deficiencia de la cantidad de hormona tiroidea disponible en el organismo, pero no indica la causa de dicha alteración.
- Después del hallazgo de un resultado de TSH anómalo se suelen solicitar otras pruebas para investigar la causa de su aumento o su disminución.
En la tabla siguiente se resume la posible interpretación de los resultados de esta prueba.
¿Hay algo más que debería saber?
Las pruebas de función tiroidea son una “fotografía” de lo que sucede en un sistema dinámico y variable. Los resultados de triyodotrionina o T3 (total y libre), tiroxina libre (T4 libre) y tirotropina (TSH) pueden variar en un mismo individuo y verse afectados por:
- Aumento, disminución o alteraciones (hereditarias o adquiridas) de las proteínas que se unen a la T3 y la T4. Esto afecta a las pruebas que miden la cantidad total de estas hormonas, pero no tiene un efecto significativo en los resultados de T3 libre y T4 libre, que miden la cantidad de hormona que no está unida a proteínas.
- Embarazo.
- Enfermedad hepática.
- Enfermedades sistémicas.
- Raramente, resistencia a las hormonas tiroideas.
Las enfermedades no tiroideas pueden repercutir sobre la concentración de las hormonas tiroideas en sangre. En concreto, la concentración de T3 puede ser baja en este tipo de enfermedades. Sin embargo, la concentración de hormonas tiroideas suele normalizarse una vez se ha superado una enfermedad de este tipo. Clásicamente a esta patología se la ha denominado “síndrome del eutiroideo enfermo”, aunque es un término controvertido. No existe evidencia de que tratar estas alteraciones tiroideas transitorias suponga alguna mejoría.
¿Qué medicamentos pueden afectar a la prueba de la tirotropina (TSH)?
Muchos complementos multivitamínicos, suplementos (especialmente los indicados para mejorar el pelo, la piel o las uñas) y medicamentos con o sin receta pueden afectar a los resultados de las pruebas de función tiroidea, por lo que es importante indicar al médico los fármacos que se están tomando. Por ejemplo, la biotina (vitamina B8) puede interferir con algunas pruebas de laboratorio, por lo que el médico podría recomendar que no se tome biotina o suplementos que la contengan varios días antes de la extracción de sangre. Si el paciente ha sido sometido a algún procedimiento que implique la introducción de contraste en el cuerpo (por ejemplo, una angiografía), también estará recomendado esperar unos días antes de realizar la prueba de función tiroidea.
¿Se realiza esta prueba durante el embarazo?
El embarazo causa una serie de cambios normales en la función de diversas glándulas, incluido el tiroides. En el caso de que aparezcan síntomas o la paciente estuviera diagnosticada previamente de alguna enfermedad tiroidea, es posible que se realice un seguimiento más estrecho para detectar y tratar el hipertiroidismo o el hipotiroidismo, antes y después del parto.
Algunos expertos recomiendan realizar un cribado en las embarazadas asintomáticas durante el primer trimestre (o preconcepcional). En España, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social recomienda la realización del cribado de la función tiroidea en la primera visita en las gestantes con factores de riesgo de disfunción tiroidea:
- Mayores de 30 años.
- Historia familiar de enfermedad tiroidea.
- Antecedentes personales de enfermedad tiroidea.
- Diabetes mellitus tipo 1 u otros trastornos autoinmunes.
- Antecedentes de abortos de repetición.
- Antecedentes de irradiación de cabeza o cuello.
- Tratamiento sustitutivo con levotiroxina.
- Habitantes de zonas que presumiblemente son deficientes en yodo.
Para más información, consultar la Guía de P
práctica clínica para la atención en el embarazo y puerperio del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
¿Por qué se realiza esta prueba en recién nacidos?
Se puede realizar esta prueba como parte del cribado de los recién nacidos, para detectar un hipotiroidismo congénito. Esta patología aparece cuando un bebé nace con una glándula tiroides hipoactiva, que se encuentra en un lugar que no le corresponde (ectópica) o cuando esta glándula no existe (agenesia). Para más información, consultar el artículo sobre hipotiroidismo congénito.
¿Se puede hacer algo para aumentar o disminuir la tirotropina (TSH)?
Por norma general la tirotropina (TSH) no se modifica con los cambios en el estilo de vida. Lo importante es que la hipófisis y la glándula tiroides funcionen adecuadamente para producir las cantidades adecuadas de hormonas tiroideas: la tiroxina libre (T4 libre) y la triyodotrionina T3 (total y libre).
¿En qué consisten la tirotropina (TSH) de tercera generación ó ultrasensible?
La mayoría de los laboratorios utilizan actualmente la tirotropina (TSH) de tercera generación, también llamada ultrasensible.
Las pruebas clásicas para determinar la TSH (inmunoensayo) no tenían sensibilidad suficiente para detectar las concentraciones bajas de TSH que permitieran realizar el diagnóstico de pacientes con hipertiroidismo. En los años 80, se desarrollaron pruebas de “segunda generación” que permitían detectar estas concentraciones bajas. En los años 90 las pruebas se hicieron aún más sensibles y específicas, dando lugar a la “tercera generación”.
Enlaces
Pruebas relacionadas:
Tiroxina libre (T4 libre)
Estados fisiológicos y enfermedades:
Cribados:
Cribado de adultos mayores de 50 años
En otras webs:
Medline: Enfermedades de la tiroides
Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI): Tiroides, enfermedades del tiroides
Asociación Española de Pediatría (AEP): Hipotiroidismo y bocio
También conocido como: HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2
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¿Por qué hacer el análisis?
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