09/09/2018
La hipertensión es una de las principales causas de enfermedad renal crónica. Las células endoteliales de los vasos sanguíneos se ven sometidas a un exceso de presión (estrés mecánico) y liberan en consecuencia diversos mediadores al torrente circulatorio que actúan sobre los podocitos, células del glomérulo renal que sirven de barrera final para la pérdida de proteínas. La lesión de los podocitos provoca la aparición de albúmina en orina en cada vez mayor concentración y/o la reducción progresiva de la tasa de filtrado glomerular.
En sus primeras etapas, el daño renal es silencioso, es decir, no da ningún signo o síntoma, pero si se detecta precozmente se puede tratar para prevenir o enlentecer su progresión a insuficiencia renal. En general, el primer indicador de posible lesión renal es la excreción de albúmina en orina, por lo que su determinación está recomendada en los pacientes hipertensos. Sin embargo, no está claro el valor pronóstico de la albúmina en relación al desarrollo de insuficiencia renal en estos pacientes. Para detectar a los pacientes con alto riesgo de progresar a insuficiencia renal habría que establecer el daño glomerular real mediante una biopsia renal, método invasivo no recomendado en pacientes hipertensos.
Un grupo de investigadores españoles, encabezado por la Dra. Cortés del Grupo de Riesgo Cardiometabólico y Renal del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital Clínico de Valencia (INCLIVA) realizó un estudio del fenotipo de los podocitos excretados por la orina, establecido en base al análisis de algunas proteínas específicas de los podocitos y la expresión de su correspondiente ARNm. El estudio se realizó en pacientes hipertensos con aumento de la excreción de albúmina en orina, pero sin reducción de la tasa de filtrado glomerular. Observaron que la baja expresión del ARNm, así como la alta concentración de proteínas específicas de los podocitos en la orina, identificaba la lesión renal en estos pacientes, por lo que estos biomarcadores podrían utilizarse para detectar el daño glomerular incipiente. Además, a mayor afectación de estas moléculas, mayor cantidad de albúmina en orina y, por tanto, mayor afectación renal.
La posibilidad de utilizar biomarcadores urinarios para detectar el daño glomerular temprano abre nuevas posibilidades diagnósticas y pronósticas en pacientes hipertensos, ya que la orina es una muestra muy fácil de obtener.
Bibliografía