También conocido como: hipogonadismo tardío, síndrome de déficit de testosterona
¿En qué consiste?
El término se refiere a aquel estado patológico en que el hombre no produce la cantidad suficiente de testosterona. La testosterona es la principal hormona sexual (andrógeno) del hombre y es producida principalmente por los testículos. Es la hormona responsable del desarrollo de los caracteres físicos masculinos, tales como el vello facial y la cantidad de masa muscular, entre otros. La testosterona también ayuda a mantener el impulso sexual (libido), la producción de esperma, el mantenimiento óseo y la síntesis de glóbulos rojos (eritrocitos). Las mujeres también tienen testosterona aunque en concentraciones mucho menores por lo que este artículo se centra solamente en el estado de déficit de testosterona en hombres.
El cerebro y la hipófisis (una pequeña glándula situada en la base del cerebro) son las encargadas de controlar la producción de testosterona por parte de los testículos. El déficit de testosterona puede venir dado por una afectación testicular, hablaríamos entonces de hipogonadismo primario, o por una afectación a nivel de hipófisis o hipotálamo tratándose, en este caso, de un hipogonadismo secundario.
De forma fisiológica, los niveles de testosterona en hombres empiezan a disminuir a partir de los 30 años. El déficit de testosterona no es realmente una enfermedad, por lo unas concentraciones bajas de la hormona por sí solas no son suficientes para que se indique suplementación hormonal con inyecciones o parches de testosterona. Tanto las pruebas de laboratorio como una completa evaluación clínica de los signos y síntomas asociados son esenciales para el diagnóstico de déficit de testosterona en el hombre adulto.
Además de la edad, existen una gran variedad de factores que contribuyen a la aparición de concentraciones bajas de testosterona. Algunas causas están relacionadas con enfermedades adquiridas, tales como la obesidad, y otras, aunque mucho menos frecuentes, se relacionan con algunas enfermedades congénitas, tales como el síndrome de Klinefelter. Otras causas relacionadas con déficit de testosterona son:
- Enfermedades crónicas, tales como la diabetes tipo 2, la infección por VIH, algunas enfermedades hepáticas, algunas enfermedades renales y algunas enfermedades autoinmunes.
- Lesión o trauma en los testículos.
- Orquiectomía para el tratamiento del cáncer.
- Quimioterapia o radiación.
- El uso de fármacos como antidepresivos o tratamientos con narcóticos para el dolor.
El tratamiento sustitutivo con testosterona puede ayudar a contrarrestar los signos y síntomas causados por el déficit de esta hormona. Sin embargo existen riesgos asociados a estos tratamientos por lo que probablemente no son apropiados en todos los casos.
Acerca del déficit de testosterona
Signos y síntomas
El déficit de testosterona puede producir un amplio rango de signos y síntomas que varían de un individuo a otro. Algunos síntomas están significativamente ligados a las concentraciones de testosterona cómo podrían ser:
- Menor cantidad de vello facial y corporal.
- Testículos muy pequeños.
- Desarrollo sexual incompleto y/o retrasado.
Algunos ejemplos de síntomas que podrían sugerir un déficit de testosterona son:
- Una disminución del impulso sexual (libido).
- Disfunción eréctil.
- Reducción de las erecciones espontáneas.
- Crecimiento de los pechos.
- Infertilidad.
Otros síntomas menos específicos del déficit de testosterona pero que aparecen con frecuencia son:
- Reducción de la masa muscular y del tejido óseo.
- Síntomas de depresión o cambios de humor.
- Debilidad continúa o fatiga.
- Aumento de la grasa corporal o incluso obesidad.
- Irritabilidad.
- Trastornos del sueño.
- Pérdida de función cerebral cómo pérdidas de memoria o atención.
Pruebas relacionadas
El diagnóstico del déficit de testosterona se realiza a través de la elaboración de una completa historia clínica, del estudio de los signos y síntomas todo ello acompañado de un examen físico así cómo de pruebas de laboratorio para determinar las concentraciones de testosterona. La Endocrine Society (ES) y la American Urological Association (AUA) recomiendan establecer un diagnóstico basado en una combinación de los criterios clínicos y las pruebas de laboratorio.
Es importante saber que las sociedades científicas no recomiendan realizar un cribado en la población masculina adulta que no presente signos o síntomas asociados al déficit de testosterona.
Las pruebas de laboratorio no sirven solo para el diagnóstico sino que también son de utilidad para determinar la causa del déficit de la hormona así como para realizar la monitorización del tratamiento con terapias sustitutivas hormonales.
Pruebas de laboratorio
- Testosterona: es la prueba más importante para la detección del déficit de testosterona. Se realiza en una muestra de sangre obtenida por la mañana en ayunas para así minimizar el efecto de las variaciones en las concentraciones de testosterona que se producen a lo largo del día. En general, se realizan dos determinaciones de testosterona en días diferentes para confirmar el déficit. Alrededor de un 30 % de los pacientes con una testosterona inicial baja tienen concentraciones normales de testosterona en la repetición del análisis. Su determinación también es útil en la monitorización del tratamiento.
Alrededor del 66 % de la testosterona circula en sangre unida a la globulina fijadora de las hormonas sexuales (SHBG, sex hormone binding globulin). Una pequeña parte, aproximadamente el 30%, va unida a la albúmina y en último lugar, menos del 4 %, se encuentra en forma libre. La hormona biológicamente activa es la forma libre y la unida a albúmina. En la mayoría de los casos la determinación de testosterona total es suficiente y adecuada para realizar el diagnóstico. Sin embargo, en ciertos casos, cuando por ejemplo el paciente presenta unas concentraciones de SHBG anormales, la determinación de la fracción libre o de la biológicamente activa puede ser de utilidad y aportar una información más precisa del estado del paciente.
Los valores de referencia para el hombre adulto varían en función de la edad, ya que las concentraciones de testosterona van disminuyendo con la edad. Es importante destacar que la variabilidad inter-laboratorio (cuando se comparan los resultados de los diferentes laboratorios) es alta. Esto se explica por la existencia de diferentes equipos, reactivos y/o técnicas usados para medir la testosterona y la falta de homogenización y estandarización. Debido a estas limitaciones no se pueden establecer unos valores de referencia estandarizados y se deben usar los que proporciona cada laboratorio, basándose en su población y en el método utilizado.
Se debe tener en cuenta que los valores de referencia se establecen aceptando el 95% de los valores obtenidos en la población sana estudiada, por lo que por definición se excluye un 2,5% de hombres sanos con valores por debajo de los valores de referencia. Otro punto de discusión es si los hombres de edad avanzada deberían tener sus propios rangos de referencia o si por el contrario los valores de referencia se deberían de establecer basándose solamente en hombres de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. En cualquier caso, se debe de consultar con su médico sobre los resultados de la determinación de testosterona en sangre para tener una buena interpretación.
En algunos casos, también se analizan las concentraciones de otras hormonas:
- Lutropina (LH) y folitropina (FSH): la LH es la hormona que estimula la producción de testosterona y la FSH se asocia a la producción de esperma. Se deben de interpretar sus resultados de forma conjunta para poder distinguir entre un déficit de testosterona causado por un problema testicular (hipogonadismo primario) de uno de origen hipofisario o hipotalámico (hipogonadismo secundario). Cuando encontramos LH y FSH elevadas con concentraciones de testosterona bajas hay que sospechar de hipogonadismo primario. En cambio LH y FSH normales o disminuidas indican hipogonadismo secundario. En el caso de una concentración baja de testosterona asociada a la edad, las concentraciones de LH y FSH son normales.
- Prolactina: se trata de una hormona de origen hipofisario que puede medirse cuando se sospecha que la causa del déficit de testosterona puede ser de origen hipofisario. Unas concentraciones elevadas de prolactina pueden indicar patología hipofisaria como por ejemplo algún tumor. Es importante destacar que las elevaciones de la prolactina pueden interferir en la función testicular.
Otras pruebas de laboratorio van dirigidas a hombres sometidos a terapia sustitutiva con testosterona para monitorizar posibles reacciones adversas. Algunos ejemplos son:
- Hemoglobina: la hemoglobina puede ser útil para detectar aumentos en la producción de glóbulos rojos ya que la policitemia (aumento del número de eritrocitos o glóbulos rojos) es uno de los efectos adversos asociados a las terapias sustitutivas y podría derivar en problemas vasculares como la formación de coágulos.
- Perfil lipídico: para comprobar si existen alteraciones en diferentes parámetros del perfil lipídico (colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL, colesterol VLDL y triglicéridos).
- Antígeno prostático específico (PSA): para detectar cáncer de próstata.
Otras pruebas
- Resonancia magnética (RM) del cerebro: se usa a veces para comprobar la funcionalidad y normalidad de la hipófisis y el hipotálamo.
- Densitometría ósea: puede ser útil para ver cambios en la densidad ósea como consecuencia del déficit de testosterona.
Prevención
El mantenimiento de un estilo de vida saludable incluyendo el ejercicio, una buena nutrición, el mantenimiento un peso adecuado y evitando el abuso de drogas y/o alcohol pueden ser de ayuda para mantener unos niveles de testosterona adecuados. En la actualidad, no se han las formas de prevención del déficit de testosterona asociado a enfermedades genéticas, a daño testicular o a patologías hipofisarias.
Tratamiento
Aquellos hombres con déficit de testosterona de tardía aparición de asociado a hipogonadismo deben de ser tratados con terapia sustitutiva hormonal para mejorar la sintomatología asociada.
La American Urological Association (AUA) recomienda prescribir tratamiento solamente a aquellos hombres que cumplan tanto criterios clínicos como de laboratorio. Aun así, la terapia sustitutiva no siempre está indicada en todos los casos y debe de ser prescrita atendiendo a cada caso en particular. Por ejemplo, la Endocrine Society (ES) desaconseja tratar a aquellos hombres mayores de 65 años sugiriendo que sean revisados de forma individual. El tratamiento puede ser considerado inapropiado en algunos casos concretos, como son aquellos hombres que padezcan otras patologías, tales como cáncer de próstata o apnea del sueño.
Algunos de los beneficios y riesgos de la terapia hormonal sustitutiva permanecen aún inciertos y son sujeto de investigación activa en la actualidad. Es de gran importancia que cuando se establece un diagnóstico de déficit de testosterona consulte a su médico especializado para establecer los beneficios y riesgos del tratamiento.
Enlaces
Pruebas relacionadas:
Lutropina (LH)
Folitropina (FSH)
Estados fisiológicos y enfermedades:
Artículos:
En otras webs:
Medline: ¿Podría usted tener un nivel bajo testosterona?
MayoClinic: Hipogonadismo masculino
Endocrine Society: Bajo nivel de testosterona
Urology Care Foundation: Déficit de testosterona
MedicalNewsToday: ¿Cuáles son los síntomas de la testosterona baja?
Endocrine Society: Hypogonadism in Men
Harvard Health: Is testosterone therapy safe? Take a breath before you take the plunge
MayoClinic. Testosterone therapy: Potential benefits and risks as you age