Resistencia bacteriana a los antibióticos

14/11/2019

¿Qué son los antibióticos?

Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones bacterianas y actualmente están entre los medicamentos más recetados. Su mecanismo de actuación se basa, o bien en inhibir, o en detener el crecimiento de las bacterias, o bien en matarlas.

En el año 1928, Alexander Fleming descubrió el primer antibiótico al que llamó penicilina y que se utilizó ampliamente en la segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las sulfamidas fueron la primera clase de antibióticos usados clínicamente (en el año 1930). El descubrimiento de los antibióticos revolucionó la medicina convirtiendo en tratables a las infecciones que hasta entonces eran mortales. Ahora hay cientos de antibióticos que se clasifican en varias categorías. Las clases de antibióticos incluyen:

  • Penicilinas.
  • Cefalosporinas.
  • Carbapenémicos.
  • Aminoglucósidos.
  • Tetraciclinas.
  • Macrólidos.
  • Fluoroquinolonas.
  • Sulfamidas.

Los antibióticos trabajan de diferentes formas. Por ejemplo, la penicilina causa el debilitamiento de la pared celular que estalla, por lo que la bacteria muere. Sin embargo, las tetraciclinas no matan a la bacteria, sino que inhiben su crecimiento al paralizar la síntesis de proteínas de la bacteria.

Algunos antibióticos pueden usarse para tratar un amplio rango de infecciones, mientras que otros se usan para tratar las infecciones producidas por unos tipos específicos de bacterias. La mayoría de los antibióticos pueden causar algunos efectos adversos (por ejemplo: molestias estomacales, diarrea), pero algunos tienen un alto riesgo de causar graves efectos adversos (por ejemplo: pérdida auditiva, daño renal).

El médico habitualmente selecciona el antibiótico para tratar una infección basándose en el tipo de infección, la historia médica personal (tal como las alergias a los antibióticos), y a menudo las pruebas de laboratorio, que pueden identificar a la bacteria que produce la enfermedad y también indicar el antibiótico más adecuado. Es importante que los pacientes sigan al pie de la letra las instrucciones cuando toman antibióticos, así contribuirán a que sus infecciones se traten con efectividad y ayudarán a prevenir el desarrollo de resistencias a los antibióticos.

¿Qué es la resistencia bacteriana a los antibióticos?

La resistencia a un antibiótico se produce cuando la bacteria es capaz de sobrevivir y crecer en presencia de uno o más antibióticos. Cuando sucede esto, la bacteria resistente continúa causando la infección.

La resistencia bacteriana a los antibióticos es un tipo específico de resistencia a los fármacos antimicrobianos. Otros microorganismos, como los virus y los hongos, también pueden hacerse resistentes a los fármacos antimicrobianos utilizados para tratar las infecciones que producen, pero este artículo se centra solo en las bacterias que se hacen resistentes a los antibióticos.

El desarrollo de resistencias es común en la naturaleza. Sin embargo, debido al uso rutinario de los antibióticos, la exposición de las bacterias a dichos antibióticos es más frecuente y la resistencia se desarrolla más rápidamente. Si no se dispone de antibióticos efectivos, las infecciones comunes, como la neumonía bacteriana, podrían llegar a ser mortales de nuevo. Los procedimientos complejos, como la cirugía a corazón abierto, podrían ser más peligrosos y las muertes por infección más comunes.

¿Cómo se hacen resistentes las bacterias?

Las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos de varias formas. La principal es mediante la presión selectiva que se produce cuando todas las bacterias no son sensibles al antibiótico usado para tratar la infección y las bacterias que sobreviven pueden seguir multiplicándose. Esto crea una población bacteriana que es resistente al antibiótico al cual se ha expuesto la bacteria. La presión selectiva es un proceso natural que puede ser más lento, pero que no se puede parar. La sobreutilización del antibiótico ayuda a acelerar la selección de bacterias resistentes.

Las bacterias también se vuelven resistentes cuando transmiten el material genético de una bacteria a otra. Un modo de hacerlo es mediante los plásmidos. Los plásmidos son fragmentos de ADN bacteriano que pueden transferirse entre bacterias. Algunos plásmidos permiten que la bacteria produzca una enzima que hace que los antibióticos no sean útiles. Cuando el plásmido se inserta en otra bacteria, la resistencia al antibiótico puede extenderse fácil y rápidamente entre las bacterias.

Además, cuando el material genético de una bacteria cambia o muta espontáneamente, los cambios genéticos pueden causar resistencia. Con el tiempo, las bacterias pueden adquirir más de un tipo de resistencia mediante diferentes mecanismos. Esto puede llevar a las llamadas “superbacterias” que son resistentes a muchas clases de antibióticos. Las bacterias resistentes a los antibióticos pueden transmitirse de una persona a otra (por ejemplo: al tocar las superficies contaminadas, tosiendo o estornudando), produciendo la expansión de infecciones difíciles o imposibles de tratar.

Resistencia a los antibióticos: el problema

¿Por qué es un gran problema la resistencia a los antibióticos?

La resistencia de las bacterias a los antibióticos es una seria amenaza global de salud pública.

Según el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos 2019-2021 del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social del Gobierno de España, cada año mueren en Europa unas 33.000 personas como consecuencia de las infecciones hospitalarias causadas por bacterias resistentes, 3.000 en España. Según el Registro hospitalario de pacientes afectados por la resistencia bacteriana impulsado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y publicada en mayo de 2018, la mortalidad española podría ser incluso más de 10 veces superior a la indicada en las estimaciones oficiales. A pesar de la fuerte discordancia entre las cifras comunicadas, no cabe duda que la mortalidad relacionada con las infecciones hospitalarias causadas por bacterias resistentes es en todo caso muy elevada y representa un serio problema de salud pública.

En el Annual surveillance reports on antimicrobial resistance (EARS-Net) y en los informes JIACRA (Joint Inter-agency Antimicrobial Consumption and Resistance Analysis) se aportan más datos sobre las resistencias antibióticas en Europa, así como del consumo de antibióticos en España.

Las infecciones resistentes son un gasto económico, tanto para los individuos, como para el sistema sanitario. Las infecciones resistentes pueden producir estancias más largas en el hospital, más visitas médicas y mayores tiempos de recuperación, así como mayores gastos médicos. El coste anual estimado para la resistencia antibiótica asciende a 1.500 millones de euros en la Unión Europea (unos 150 millones en España), según fuentes oficiales.

No siempre se dispone de fármacos alternativos para tratar las infecciones resistentes y, cuando los hay, son a veces menos efectivos, producen más efectos adversos (más tóxicos) y suelen ser más caros.

Si no se dispone de un modo efectivo para tratar las infecciones, los procedimientos médicos tales como los trasplantes de órganos, quimioterapia, y cirugías mayores tienen un riesgo más alto de complicaciones.

Las bacterias resistentes a los antibióticos pueden producir infecciones difíciles o incluso imposibles de tratar. Por ejemplo:

¿Quién tiene más riesgo?

Las infecciones por bacterias resistentes afectan a cualquiera, pero algunos grupos tienen mayor riesgo que otros. Esto incluye a las personas en las siguientes situaciones:

  • Personas en tratamiento con quimioterapia.
  • Personas a las que se les realiza una cirugía compleja.
  • Personas en tratamiento con diálisis por enfermedad renal terminal.
  • Pacientes en tratamiento con supresores del sistema inmune (inmunosupresores).
  • Los pacientes con un trasplante de órgano o de células madre.
  • Personas muy jóvenes o muy ancianas.
  • Pacientes hospitalizados.

¿Cómo se propaga la resistencia a las bacterias?

Las bacterias resistentes se propagan por el medio ambiente de varias maneras:

  • De persona a persona: las personas infectadas pueden transmitir las bacterias resistentes a otras, tengan o no síntomas. Esto puede suceder por contacto directo, o por contacto indirecto como al toser, o cuando alguien deja gérmenes en una superficie, como un teclado o el pomo de una puerta. Por esta razón, un buen lavado de manos es importante para prevenir la propagación de las bacterias resistentes.
  • De animal a persona: los humanos y los animales también pueden pasarse bacterias entre sí. Las bacterias resistentes son comunes en el intestino y las heces del ganado que consume antibióticos. Estas bacterias pueden transferirse a las personas que están en estrecho contacto con esos animales, como los granjeros y los veterinarios.
  • Por contaminación de la comida: las bacterias resistentes pueden acabar en la comida como resultado del uso de antibióticos en la agricultura. Comer comida contaminada puede producir o no síntomas, pero la bacteria puede transmitirse a otras personas.
  • En las instalaciones sanitarias: la propagación de las bacterias resistentes en dichas instalaciones es preocupante. Cuando muchas personas enfermas están juntas y el uso de antibióticos es elevado, se crea un entorno idóneo para el desarrollo de bacterias resistentes. El hacinamiento y el incorrecto saneamiento aumentan el riesgo de que se presenten infecciones asociadas a la atención sanitaria. Las bacterias resistentes también se propagan cuando las personas infectadas se trasladan dentro de las instalaciones sanitarias.
    Las infecciones comunes asociadas a la atención sanitaria incluyen las infecciones de las vías urinarias relacionadas con el catéter, neumonía asociada a la ventilación y las infecciones de las heridas postoperatorias.
  • En viajes internacionales: cuando los viajeros visitan regiones donde las resistencias son altas, pueden entrar en contacto con bacterias resistentes y trasladarlas a nuevos lugares. Las personas hospitalizadas también tienen un elevado riesgo de transmitir las bacterias resistentes mientras viajan.
Fuente: Melissa Brower, CDC

¿Cómo se detectan las bacterias resistentes?

Para gestionar las bacterias resistentes, primero hay que identificarlas en las personas, las instalaciones sanitarias y el suministro de alimentos. Hay una variedad de pruebas de laboratorio utilizadas para identificar las bacterias resistentes. Dichas pruebas son:

  • Antibiograma: las bacterias se recogen en el lugar de la infección, se cultivan y se identifican. Después se exponen a los antibióticos para saber cuál es más efectivo. Los resultados de la prueba se utilizan para elegir el mejor fármaco para el tratamiento y para hacer un seguimiento de los cambios en la resistencia que pueden producirse con el tiempo.
  • Pruebas moleculares y de secuenciación del genoma total del ADN bacteriano: estas técnicas identifican rápidamente los genes bacterianos específicos que pueden conferir resistencia, o bien el genoma bacteriano entero. Las pruebas se utilizan para diagnosticar las infecciones y dirigir el tratamiento. La secuenciación del genoma bacteriano completo se usa para ver como se relacionan las infecciones e identificar los brotes.
  • La prueba de producción de carbapenemasa: esta prueba utiliza un cultivo para determinar si los microbios producen una enzima llamada carbapenemasa que puede destruir a los antibióticos de tipo carbapenémico. Si la bacteria produce la enzima, entonces los antibióticos de tipo carbapenémico no serán efectivos.

Prueba de colonización: este proceso se usa en las instalaciones sanitarias para identificar a las personas que puedan ser portadoras de bacterias resistentes, pero que no presentan síntomas. Una vez que se identifican los portadores, las pruebas posteriores pueden recomendar la realización de acciones adicionales, para prevenir una mayor extensión de la infección

¿Por qué aumentan las infecciones resistentes a los antibióticos?

El desarrollo de la resistencia antibiótica en las bacterias es un proceso natural que no puede detenerse, aunque sí puede frenarse. La resistencia se desarrolla habitualmente a una velocidad alarmante, debido al uso inadecuado e innecesario del antibiótico.

El uso inadecuado de los antibióticos en las instalaciones sanitarias incluye utilizarlos cuando no se precisan, prescribiendo el tipo de antibiótico erróneo o con una duración incorrecta.

De acuerdo a los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la prescripción de un antibiótico es incorrecta la mitad de las veces. Por ejemplo, los antibióticos no resuelven las infecciones virales, como el resfriado común, la gripe, la mayoría de las bronquitis, muchos dolores de garganta y la mayoría de las sinusitis. Sin embargo, el uso innecesario de los antibióticos para estas infecciones virales está muy extendido.

Los antibióticos se añaden a veces en la alimentación de los animales, en la comida y agua del ganado, para aumentar el crecimiento y prevenir enfermedades. Más de la mitad de los antibióticos utilizados se añaden para aumentar el crecimiento del ganado. Esto contribuye a que las bacterias se hagan resistentes a fármacos importantes para la salud humana.

Ejemplos de bacterias resistentes a los antibióticos

Algunos ejemplos de bacterias resistentes a los antibióticos

En el año 2013, los CDC identificaron las 18 amenazas más graves de resistencia a los antibióticos en los Estados Unidos. Se clasificaron las amenazas de resistencia como urgentes, graves y preocupantes.

Las amenazas urgentes y graves requieren una monitorización y prevención más agresivas, mientras que las amenazas preocupantes precisan una monitorización y respuesta a los brotes ocasionales, aunque el riesgo de producirse es más bajo, o bien hay más terapias para estas infecciones. A continuación, se explican algunos ejemplos para cada categoría de nivel de amenaza.

Urgentes

  • Enterobacteriaceae resistentes al carbapenem (CRE): las infecciones por Escherichia coli (E. coli) y Klesbsiella resistentes al carbapenem están aumentando en las instalaciones sanitarias y son resistentes a todos o casi todos los antibióticos disponibles actualmente.
  • Gonorrea resistente a los fármacos: esta infección de transmisión sexual (ETS) está aumentando la resistencia a las cefalosporinas, que es la mejor opción para tratarlas. Cuando las cefalosporinas ya no son la terapia de elección, el tratamiento de la gonorrea se hace más complejo, en el mejor de los casos, o intratable en el peor.

Graves

  • La tuberculosis (TB) resistente a los fármacos : la TB está entre las enfermedades infecciosas más comunes en el mundo y es una causa frecuente de mortalidad a nivel mundial. Cuando la TB es resistente a los fármacos de primera línea, el tratamiento se hace complejo, desafiante y menos efectivo.
  • Las Enterobacteriaceae producen un espectro extenso de beta-lactamasas: estas bacterias tienen una enzima que destruye una variedad de penicilinas y tiene una fuerte relación con las cefalosporinas.
  • La Salmonella no tifoidea resistente a los fármacos: estas infecciones resistentes causan habitualmente diarrea, fiebre y calambres. Estas infecciones que se diseminan por vía sanguínea pueden ser mortales.
  • El Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM): el S. aureus es una de las causas más comunes de infecciones bacterianas en el mundo industrializado. El SARM fue una de las primeras bacterias descritas resistentes a los antibióticos. Es resistente a los antibióticos beta lactámicos similares a la penicilina, aunque hay otros antibióticos que aún son efectivos contra él. El SRMA es responsable de más de 11.000 muertes anuales en los Estados Unidos, más que el VIH/SIDA, enfisema y homicidio juntos.

Preocupantes

  • El Staphylococcus aureus resistente a la vancomicina (VRSA): el Staphylococcus aureus es un tipo de bacteria habitual en la piel. Puede entrar en el organismo a través de los catéteres o procedimientos quirúrgicos y produce infección. El S. aureus resistente a la vancomicina es muy raro, con 14 casos confirmados en Estados Unidos y 1 en Brasil. La vancomicina es un potente antibiótico usado para tratar infecciones graves. Cuando la bacteria se hace resistente a la vancomicina hay pocas opciones de tratamiento.

Resistencia a los antibióticos: la lucha

¿Qué se puede hacer para disminuir el desarrollo de la resistencia a los antibióticos en las bacterias?

Se necesita alguna acción agresiva para disminuir el desarrollo de una nueva resistencia en las bacterias y prevenir la propagación de la resistencia ya existente. Estas acciones pueden surgir de múltiples fuentes, de los individuos que buscan tratamiento y sus médicos, de los departamentos de salud, de las instalaciones sanitarias, los laboratorios regionales y las agencias gubernamentales. Las siguientes secciones explican lo que se está haciendo para combatir la resistencia antibiótica y tu forma de ayudar.

Prevención de la infección

La prevención de las infecciones reduce la necesidad de usar antibióticos y las posibilidades de desarrollar resistencias. Las infecciones se pueden prevenir con la inmunización, el manejo seguro de la comida, el lavado de manos frecuente y meticuloso, las buenas prácticas de desinfección en las instalaciones sanitarias y el uso correcto de los antibióticos prescritos para prevenir la reinfección.

Vigilancia

La vigilancia de las bacterias resistentes a los antibióticos existentes y emergentes es un paso importante para el desarrollo de las estrategias para luchar contra dichas bacterias. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) financian diversos programas de vigilancia para monitorizar la resistencia bacteriana. Por ejemplo, el National Healthcare Safety Network (NHSN) permite a las instalaciones sanitarias comunicar las infecciones, el uso de los antibióticos y las resistencias por vía electrónica.

La Antibiotic Resistance Lab Network (ARLN) de los CDC proporciona apoyo a través de su infraestructura para la rápida detección y confirmación de las amenazas emergentes de resistencia antimicrobiana a los laboratorios de microbiología clínica de Estados Unidos, a los laboratorios comerciales y los laboratorios de salud pública del estado, ya que todos ellos están implicados en los esfuerzos de vigilancia y detección. Los CDC, la Food and Drug Administration (FDA) y el U.S. Department of Agriculture (USDA) también colaboran en el programa de monitorización de las resistencias, que a menudo se transmiten a través de la comida. En Europa, actúan el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) y la Joint Action Antimicrobial Resistance and Healthcare-Associated Infections (EU-JAMRAI).

Estas redes apoyan a las instalaciones sanitarias, laboratorios, y departamentos de salud, de modo que puedan detectar los brotes de bacterias resistentes a los fármacos más rápidamente y dar una respuesta antes de que puedan extenderse ampliamente.

Administración de antibióticos

Según los CDC, cambiar el modo de usar los antibióticos puede ser la acción más importante para combatir las resistencias, utilizarlos solamente cuando sea necesario y apropiado en personas y animales.

Muchas instalaciones sanitarias tienen programas de administración de antibióticos que guían sobre las mejores prácticas en el uso los antibióticos. Estas prácticas de administración incluyen la prescripción de antibióticos solamente cuando se necesitan, eligiendo el mejor fármaco y las dosis y duración del tratamiento adecuadas. Estos programas han demostrado ser efectivos, mejorando los cuidados, rebajando las estancias hospitalarias, y reduciendo los costes de farmacia en las instalaciones sanitarias.

Herramientas para mejorar el diagnóstico

Cuando un paciente está gravemente enfermo y los médicos no tienen un diagnóstico de la infección, se pueden administrar múltiples antibióticos hasta que encuentren el mejor para el tratamiento, o simplemente recetar un antibiótico de amplio espectro. Esto puede atacar a la flora bacteriana del paciente (flora normal) y crear una presión selectiva que contribuya a la resistencia.

El diagnóstico preciso es un paso importante para hacer un uso adecuado de los antibióticos. Normalmente, el cultivo bacteriano asocia una infección desconocida con un antibiótico, mediante la exposición de los microbios a los diferentes antibióticos para seleccionar la mejor terapia. Los resultados de estas pruebas de susceptibilidad (antibiograma) tardan habitualmente de 24 a 48 horas, aunque algunos pueden tardar semanas. Estos tiempos de espera pueden dificultar el uso adecuado de los antibióticos. Afortunadamente, las nuevas técnicas que pueden detectar las bacterias sin necesidad de cultivo (conocidas como “pruebas diagnósticas independientes del cultivo” CIDT), tales como las pruebas moleculares en tiempo real, están eliminando algunas barreras que existen para el uso adecuado de los antibióticos.

Desarrollo de nuevos antibióticos

Ya que la resistencia antibiótica es un proceso natural que puede ser enlentecido, pero no detenido, siempre se necesitarán antibióticos nuevos. La creciente preocupación sobre la resistencia antibiótica ha estimulado el desarrollo de nuevos fármacos.

Entre los años 2000 y 2010, la FDA aprobó 5 antibióticos nuevos para su uso clínico. La FDA está intentando hacer más eficientes el desarrollo y la aprobación de los antibióticos para facilitar las nuevas opciones de tratamiento contra las infecciones.

Resistencia a los antibióticos: cómo se puede ayudar

Todos podemos ayudar

Aunque la resistencia bacteriana es un problema mundial alarmante, hay muchas prácticas para disminuir su propagación y desarrollo. Todos tenemos un papel en esta lucha, incluso realizando simples acciones como lavarnos las manos y evitar el tratamiento innecesario con antibióticos.

  • Prevenir las infecciones con las correspondientes vacunas, teniendo el hábito de lavarnos las manos a fondo y con frecuencia, y manejando correctamente la comida.
  • Aprender cuando son necesarios los antibióticos para las infecciones. Por ejemplo, no serán eficaces en las infecciones virales, tales como la gripe o el catarro común.
  • Evitar presionar a los médicos para que nos receten antibióticos innecesarios.
  • Tomar los antibióticos exactamente como se describe en la prescripción médica.
  • Evitar guardarse los antibióticos para más tarde o usar la receta de otras personas. Esto podría hacer que tomaras el antibiótico erróneo para una infección, permitiendo que las bacterias se multipliquen. Si te sobran antibióticos, habla con tu médico o farmacéutico para utilizar la vía adecuada para desecharlos.
  • Toma medidas para prevenir la infección mientras te encuentres en las instalaciones sanitarias como los hospitales:

     -Averiguando qué se hace en las instalaciones para protegerse frente a la resistencia antibiótica.

     -Preguntando a cualquiera que te toque si se lavó las manos.

     -Lavando tus propias manos con frecuencia.

     -Contándole a tu médico si has sido trasladado desde otra instalación sanitaria.

Estos recursos te ayudarán a aprender más acerca de la forma de combatir la resistencia antibiótica en las bacterias:

Los profesionales sanitarios pueden:

  • Adoptar y promover programas de administración de antibióticos.
  • Esforzarse para ser preciso en la selección del antibiótico y de la dosis cuando se rellenen las recetas médicas.
  • Conocer las infecciones presentes en sus instalaciones sanitarias.
  • Realizar las alertas de manera inmediata cuando el laboratorio identifique infecciones resistentes.
  • Retirar los dispositivos médicos temporales (por ejemplo: catéteres, tan pronto como sea posible).

Los directores de los centros sanitarios pueden:

  • Hacer cumplir las guías de resistencia antibiótica de los CDC.
  • Asegurarse de que en sus instalaciones se pueden identificar las infecciones y alertar al personal.
  • Conocer las tendencias en las infecciones y resistencias en las instalaciones sanitarias cercanas.
  • Promover la administración correcta de los antibióticos.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Antibiograma

Tinción de Gram

Vancomicina

Estados fisiológicos y enfermedades:

Infecciones de piel y heridas

Infección por Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM) e infección de heridas por estafilococo

Neumonía

Sepsis

Noticias:

¿Usamos bien los antibióticos en España?

Resistencia cero: un 20% menos de infecciones por bacterias multirresistentes

Las “superbacterias”, creciente amenaza en Europa

En otras webs:

Ministerio de Sanidad Gobierno de España. Plan Nacional Resistencia Antibióticos

Organización Mundial de la Salud (OMS): Resistencia a los antimicrobianos

Medline: Resistencia a los antibióticos

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Prescripción y uso de antibióticos

Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Antimicrobial Resistance

ReAct: Antibiotic resistance

U.S. Food and Drug Administration (FDA): Antimicrobial Resistance